Mitad de año, mitad de camino... ¿Cómo va tu relación con la comida?
- Mariana Ríos
- 13 jun
- 2 Min. de lectura
Junio marca la mitad del año, ese punto intermedio que muchas veces pasa desapercibido, pero que puede ser un momento poderoso para hacer una pausa. No para juzgarnos ni corregirnos, sino para escucharnos.
Tal vez a principios de año hiciste promesas relacionadas con la comida: “este año sí dejo el azúcar”, “voy a comer mejor”, “me voy a cuidar”. Algunas las cumpliste, otras no, y probablemente aparecieron dudas, frustraciones o cambios que no esperabas.
Este blog no es para exigirte más. Es una invitación suave a mirar hacia atrás y preguntarte: ¿Cómo ha sido mi relación con la comida en estos seis meses?¿La estoy disfrutando? ¿Estoy comiendo con culpa o con confianza? ¿Estoy más cerca de lo que quiero sentir en mi cuerpo?
A veces sentimos que si no “cumplimos” con nuestras metas exactamente como las planeamos, ya fallamos. Pero el cuerpo no trabaja con calendarios, trabaja con señales. Y muchas veces, lo más importante no es lo que lograste hacer, sino lo que lograste entender.
Aquí te comparto algunas preguntas clave para hacer una revisión amorosa de tu camino:
🍽️ 1. ¿Estoy comiendo con disfrute o con culpa?
La comida no debería ser un campo de batalla. Si al comer sientes que necesitas justificar lo que hay en tu plato, tal vez estás comiendo más con miedo que con presencia. Pregúntate:
¿Este alimento me da placer?
¿Estoy conectando con él o comiéndolo con prisa y juicio?
🧠 2. ¿Estoy escuchando a mi cuerpo o a las reglas?
Las dietas rígidas nos hacen desconectarnos de nuestras señales internas. En vez de contar calorías, escucha:
¿Tengo hambre? ¿Estoy satisfecha/o?
¿Cómo se siente mi cuerpo después de comer?
Aprender a leer el cuerpo lleva tiempo, pero cada intento cuenta. No necesitas hacerlo perfecto, solo necesitas hacerlo presente.
💬 3. ¿Cómo me hablo cuando no cumplo lo que “debería” hacer?
La voz que usamos con nosotros mismos importa. No es lo mismo decir “otra vez lo arruiné” que decir “esto me enseña algo”. Revisar tus hábitos con ternura puede darte más claridad que cualquier plan estricto.
🌱 4. ¿He cultivado algo nuevo?
Tal vez no dejaste el azúcar, pero aprendiste a desayunar todos los días. Tal vez no bajaste de peso (ni hacía falta), pero lograste dejar de contar calorías. No todo cambio se ve, pero muchos se sienten. Date crédito por los pasos invisibles.
La mitad del año no es para presionarte, sino para acompañarte.
Tal vez no estás donde querías, pero estás exactamente donde necesitas estar para aprender algo importante sobre ti y tu relación con la comida.
No te mires con los ojos de enero.
Mírate con los ojos de junio: más realista, más empática/o,
más conectada/o con lo que necesitas y menos con lo que “deberías”.
Porque la meta no es comer perfecto. La meta es comer en paz. Y eso, también se aprende.






Comentarios