Sabores de México sin culpa.
- Mariana Ríos
- 12 sept
- 2 Min. de lectura
Septiembre huele a pozole, tostadas, chiles en nogada y tamales. Es un mes lleno de fiesta, colores y tradición, pero también, para muchos, llega acompañado de esa vocecita que dice: “¿y si subo de peso?, ¿y si me paso de calorías?”, ¿y si...?.
La realidad es que la comida mexicana no solo alimenta el cuerpo, también nutre la historia, la cultura y las emociones. Y privarnos de ella por miedo es como dejar la fiesta a medias.
La comida típica mexicana tiene mucho más que ofrecer que solo “calorías”:
El pozole, por ejemplo, es un platillo equilibrado: proteína del pollo o cerdo, energía del maíz y frescura de los vegetales que lo acompañan.
Las tostadas son versátiles: con frijoles, verduras, aguacate o pollo deshebrado, se convierten en una opción nutritiva y deliciosa.
Los chiles en nogada, aunque más elaborados, son una explosión de ingredientes naturales: nuez, granada, carne, fruta y chile poblano.
Lo que realmente marca la diferencia no es el platillo en sí, sino cómo lo disfrutamos:
Prepararlo en casa con ingredientes frescos.
Escuchar al cuerpo para comer hasta sentir saciedad y no hasta el malestar.
Equilibrar con agua simple y movimiento, sin verlo como “compensación”, sino como parte de nuestro día a día.
Cuando convertimos la comida en enemiga, perdemos la oportunidad de conectar con nuestras raíces y con los momentos compartidos. Este mes patrio no se trata de contar calorías, sino de contar historias alrededor de la mesa: de la abuela preparando el pozole, de los amigos reuniéndose para cantar, de los niños probando una granada por primera vez.
Comer con disfrute y sin culpa también es un acto de amor propio y de respeto hacia nuestra cultura.
Así que, en estas fiestas patrias, deja que el sabor de México te acompañe con alegría. Recuerda: no es el platillo lo que importa, sino la forma en que lo vives. Celebra, comparte y nutre cuerpo, mente y corazón con cada bocado.
Porque al final, la verdadera independencia también está en reconciliarnos con la comida y disfrutarla sin miedo. ❤️






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